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San Rafael Entrevista Viernes, 19 de Mayo de 2023

Enrique Mario Staszkiewicz, un apasionado por la historia y los libros 

Podría decirse que su vida profesional se disputó entre las ciencias duras y las ciencias blandas. Enrique Mario Staszkiewicz estudió ingeniería por deseo de su padre y hasta dio clases de química y física, pero con el tiempo la historia y su pasión por los libros pudieron con él. 

Viernes, 19 de Mayo de 2023
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21/5/2023

Apasionado por la lectura y la historia, aunque sus primeros estudios fueron en ingeniería y las primeras clases que dio como docente fueron de química y física, Enrique Mario Staszkiewicz (74), conocido por sus allegados como “El Polaco”, asegura que no tiene ningún tipo de remordimiento por haber dejado de lado la ingeniería por la historia y su librería.

Hoy ya jubilado, pero con ganas de seguir estudiando y de publicar sus investigaciones, el profesor Staszkiewicz es recordado con cariño por cientos de alumnos que lo tuvieron como docente, tanto en aquellas materias técnicas como Química o Física en la escuela técnica de Villa Atuel, entre otras; como en historia en diferentes escuelas periféricas del centro sanrafaelino y en la Universidad Champagnat.

Como todo hijo de inmigrante posee además una rica historia que proviene de sus ancestros polacos. De hecho cuenta que llegó a la Argentina en el vientre de su madre, que junto a su padre buscaron una vida mejor, para progresar y estar tranquilos, alejados de los conflictos bélicos de aquellos años.

En la entrevista de esta semana dialogamos con Enrique:

Cuénteme un poco de su vida… ¿quién le incitó el amor por los libros y la historia?

Mi padre me incentivó mucho la lectura, de hecho aún conservo la colección de la Humanidad a través de los tiempos que me la regaló mi papá cuando era adolescente.

Ellos llegaron de Europa después de la guerra, mi mamá llegó embarazada de mí.

Mi papá fue paracaidista en la primera brigada de comando del Norte en Inglaterra, ellos huyeron cuando empezó la guerra, mi papá que vivía en la parte oriental de Polonia cuando se armó el primer cuerpo de ejército en Inglaterra, y después conoció a mi mamá cuando finalizó la guerra, se casaron en Alemania y cuando le dieron de baja no volvieron a Polonia porque los rusos se habían quedado en Polonia. En ese momento vieron películas de la Argentina y les llamó la atención las reuniones familiares, los asados, y decidieron venirse para acá.

Llegaron en el Epain Trooper en julio del ‘48 y yo nací en octubre. A los dos meses y medio de haber ingresado a este país.

Pero imagino que se crió con las costumbres polacas...

Si más allá de las costumbres argentinas, mi segundo idioma es el polaco, con el círculo de amigos de ese momento que habían venido en la misma situación que nosotros se hablaba polaco y en nuestras casas también, más allá de que habían empezado a aprender el idioma castellano.

En mi caso, tal es así que hace unos años viajé a Polonia y la gente no se daba cuenta que no lo hablo cotidianamente, por supuesto que me faltan palabras pero la sonoridad y la gramática se me quedó sin haber practicado tanto después.

¿Y ya en su adultez a que se dedicó?

Mis padres llegaron acá con una compañía de electricidad que tuvo un contrato para hacer una línea de alta tensión entre San Rafael y Mendoza, cuando terminó el contrato se quedaron varias familias polacas, entre ellos nosotros.

Mi papá traía la idea de la tecnología entonces el me sugirió que siguiera esa línea, entonces hice el secundario en la escuela industrial y después continué con Ingeniería, pero siempre mi inclinación fue hacia las ciencias sociales, la ciencia que estudia la relación entre los hombres, de los hechos y sucesos que se van produciendo en el tiempo y eso me llevó a estudiar el profesorado de historia en el IES del Atuel, pese a que ya había terminado la carrera de ingeniería y había ejercido y todo.

Pero la verdad que siempre me gustó mucho leer y como decía antes mi padre me había incentivado ese amor por la lectura.

¿De hecho tuvo una librería no?

Si, inicié una cuestión comercial con los libros, al principio cuando estaba estudiando yo llevaba paralelamente el último año de ingeniería con el profesorado de Historia y para sostener la carrera daba clases de Química Industrial y Física Industrial en la escuela Técnica Química de Villa Atuel.

Y en ese entonces también me contacté con una editorial y les vendía libros de estudio a mis compañeros y después ya pude alquilar un local frente a la biblioteca y paralelamente daba clases.

La librería la tuve mucho tiempo y hace 15 años más o menos la dejé porque me dediqué más a la docencia tanto en el nivel, secundario, terciario y universitario.

¿Y la ingeniería la ejerció como tal?

Apenas terminé trabajé en Inalpa en Rosario, pero muy poco tiempo inmediatamente el tema del libro como estaba funcionando me llevó a continuar por ese lado. Después abandoné la docencia y la volví a retomar cuando fui profesor de Historia.

¿Fue difícil dejar de lado la ingeniería?

No después de trabajar en esa empresa la dejé por completo y sin ningún tipo de nostalgia, ni culpa. Me sigo juntando con amigos ingenieros que fueron mis compañeros.

¿Ahora ya está jubilado, pero sigue conectado con esa parte académica?

Si sigo conectado con la Universidad de Cuyo sobre todo porque ahí me recibí de licenciado y después seguí conectado por la realización de investigaciones, ahora estoy con un proyecto para hacer un doctorado, además he hecho cursos de literatura científico, posgrados y ahora estoy con una diplomatura de historia del Siglo XX.

Me jubilé pero no he parado, para mi estudiar es un placer.

¿Su tesis de licenciatura la hizo basada en la colectividad polaca no?

Sí es decir los descendientes de polacos en el Sur mendocino, como un aporte a la sociedad sanrafaelina. El número de descendiente no es muy importante, acá en San Rafael hay unas 30 familias de descendientes, en Malargüe encontré dos apellidos nada más, después hay varios polacos en Alvear, aunque no es la colectividad más importante, porque la más importante son los ucranianos.

Mi tesis es una línea histórica, es la historia socioestructural y una narrativa argumentativa de los procesos histórica y su evolución en el tiempo, ya sea en su forma comunitaria o individual en las estructuras económicas sociales y políticas de un determinado lugar.

¿Y su familia polaca? ¿Tiene contacto con ellos?

Encontré a mi familia casi por azar, nosotros habíamos perdido contacto en el año ‘60 porque los rusos que habían quedado en el país cambiaban las direcciones y a las familias que tenían un contacto con el exterior los controlaban, entonces yo escribía cartas y las empezamos a recibir de vuelta.

Pero yo tenía una carta escrita en alemán porque mi mamá era oriunda de la parte con la frontera alemana y mi papá de lo que hoy es Ucrania porque Polonia había ocupado esa parte. Yo tenía una carta escrita en alemán y la llevé a que me la tradujeran, justo una noche llegó un polaco y se interesó por mi historia y una vez allá encontró en una tumba de un cementerio al hermano de mi papá, y como cosa del destino eso me permitió acercarme a mi familia.

Con mi señora ya teníamos previsto un viaje con la intención de buscarlo y cuando estábamos en Barcelona nos llegó un llamado, porque este hombre al descubrir esa tumba le avisó al Municipio que yo estaba buscando familiares y dio con un primo mío, el Estado interviene y si la persona está de acuerdo en contactarse con la otra persona se efectúa dicho encuentro.

Y como mi primo ya me estaba buscando y me llaman cuando estaba en Barcelona y a partir de ahí tenemos una relación casi permanente. Después pudimos hacer un segundo viaje estuve con todos mis primos, también tenía una tía, sobrinos en Varsovia, Cracovia, visité la tumba de mi abuelo y mantengo la relación con mi familia por internet.

La tecnología nos ha permitido tener la comunicación inmediata y en tiempo real.

¿Tiene algún libro publicado?

No pero mi intención es poder editar este trabajo de tesis de los polacos en el Sur de Mendoza.

También quiero hacer un libro sobre San Rafael, pero más enfocado en la parte económica. Porque los grandes relatos históricos han ido perdiendo fuerza, se ve más ahora la microhistoria, la historia de la vida cotidiana, y con esa visión yo quiero desarrollar los aspectos económicos de nuestro departamento y la situación de deterioro de la matriz económica que para mi la implantó la comunidad francesa, y de ahí se convirtió en una matriz agrícola y se expandió. Pero con el pasar del tiempo se produjo un cambio en ese proceso.

Tengo que investigar utilizando como referencia los distintos organismos para tener una narración argumentativa de cómo se ha producido ese proceso y con testimonios de la gente, y ver si podemos encontrar una explicación respecto a esto en lo que estamos inmersos actuamente.

¿Sus hijos siguieron sus pasos?

Si, tengo una hermosa familia y ellos estudiaron profesorados y una de ellas ingeniería, ella trabaja fuera de la provincia y los otros tres son docentes.

Mis hijos crecieron rodeados de libros, pero ellos son más de la computadora de lo digital, yo hasta la actualidad si bien uso la computadora, sigo haciendo resúmenes y apuntes escritos a mano.

Lo digital es muy favorable y uno accede rápidamente, en un libro es más complicado porque lleva más tiempo el buscar.

¿Continúa leyendo mucho?

Si sí sigo adquiriendo libro y de hecho para mi cumpleaños me regalaron un libro de historia mi señora y mi hija.

Hay mucha gente que lee y las librerías por suerte siguen subsistiendo más allá de la parte digital.

¿Qué recuerdos le ha dejado la docencia en los diferentes niveles en los que dio clases?

Para mí ha sido muy satisfactorio siempre, siempre me encuentro con ex alumnos y ellos por lo que me dicen me recuerdan con cariño como yo a ellos. Lamentablemente pasa que a veces yo no los recuerdo porque son muchos los que pasan por la vida de uno.

Yo nunca tuve inconveniente, siempre me tocaron buenos cursos y en ese entonces siempre logré tenerlos atentos e interesados por mis clases, sé que ahora por lo que me cuentan mis colegas es muy difícil.